En el marco de las elecciones presidenciales del año 2012, el 11 de mayo del mismo, 131 estudiantes de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México dieron a conocer un video donde se asumían estudiantes de dicha institución académica después de haber sido tachados como infiltrados y acarreados por protestar contra el entonces candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto (PRI) en su paso por dicha universidad. Fue cuestión de horas para que la cantidad de reproducciones se multiplicaran por cientos, dando pie a nombrar a la incipiente movilización como #YoSoy132. A la par de este movimiento, y con miembros en común del #YoSoy132 se llevaron a cabo diferentes protestas en contra del hoy presidente Peña Nieto que buscaban concientizar el voto para el día 1 de julio de aquel año (#MarchaAntiEPN).

Posterior a estos hechos y con un ganador de los comicios tomando posesión ante los Poderes de la Unión, el 1 de diciembre (1DMX) en la ciudad de México, cientos de personas en su mayoría jóvenes se manifestaron en las calles de la capital contra el presidente electo. Daños materiales, detenciones arbitrarias y sobre todo criminalización de la protesta fue el saldo de aquella fecha.

Desde los años de 1968 y 1971, no había ocurrido un hecho similar donde cientos de jóvenes tomaran las calles para protestar contra algún detonante político; tampoco se volvió a tener cierto tipo de acción organizada considerable por parte de los jóvenes. Hoy, en el contexto electoral que vive México, cuestionarse si los jóvenes saldrían o no a la calle a manifestar su descontento en caso de que su candidato no resultara ganador es necesario para entender la importancia del sentir democrático actual en un segmento de la población que en específico juega un papel clave en la coyuntura electoral.

Independientemente de la temprana hora de la tarde del domingo 1 de julio en la que los candidatos Ricardo Anaya y José Antonio Meade adelantaron sus comunicados dando como ganador al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, resulta oportuno cuestionar la importancia que tendrían los jóvenes en la siguiente etapa de este proceso electoral: aceptar los resultados.

 

No es exageración suponer que las y los jóvenes definieron el rumbo de esta elección. Según datos del INE, la lista nominal comprendió 89,123,355 electores, de los cuales 44,532, 986 fueron jóvenes. Dentro de este número, 14,576,286 fueron primeros votantes. El resto, jóvenes y jóvenes adultos de 25 a 39 años suman 29, 956,700. Esto supone que los jóvenes en general concentraron el 49.96% de los votos.1

 

Haciendo una retrospectiva, según los datos del Estudio Censal de la Participación Ciudadana en las Elecciones Federales de 2012, “los niveles más altos de participación se concentran en la población de 40 a 79 años. Son las personas mayores a 80 años y los jóvenes de 20 a 39 años los que tienden a participar menos.”2 Se podría pensar que los jóvenes tuvieron un mayor interés en las elecciones tomando en cuenta la participación activa que se tiene en las redes sociales, sin embargo, el Estudio Censal reveló la apatía que pondera desde 2009 en los jóvenes.

Entonces preguntarse, –¿en las presentes elecciones los jóvenes tendrían una participación mucho más activa tanto en el voto como en la protesta influenciada por el ambiente electoral en caso de que su candidato no resultara ganador? –se vuelve un cuestionamiento necesario. Según la información proporcionada por SIMO Consulting, en el contexto de la jornada electoral de este 1 de julio, el grupo de edad que le proporcionó el mayor porcentaje de votos al candidato Andrés Manuel López Obrador (Morena-PES-PT) fueron los jóvenes (millennials), en específico los que están en los rangos de 18 a 25 años, que representan a los primeros votantes con un 25% de los votos conseguidos por el tabasqueño.

En cambio, para el candidato por la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, el grupo de edad que más le favoreció en los comicios fue el que comprende de 46 a 60 años (generación x), con un porcentaje de 31% y con un 18% de su total de votos por los llamados primeros votantes. Igualmente, el candidato José Antonio Meade tuvo mayor porcentaje de votos por parte del rango de edad de 46 a 60 años con 35% y con un 11% de los primeros votantes, siendo así el candidato que menos pudo atraer el voto joven.

Ahora, en una pregunta que se realizó en la encuesta de salida, se cuestionó a los encuestados sobre cómo procederían en caso de que su candidato no resultara ganador: aceptar resultados, protestar virtualmente o protestar físicamente.

En el rango de edad de primeros votantes (18-25 años), el 57% de los hombres que votaron por López Obrador respondieron que aceptaría el resultado, 15% protestaría virtualmente y el 20% lo haría físicamente. En cambio, el 50% de las mujeres aceptaría los resultados, 25% protestaría virtualmente y 20% lo haría físicamente.

En el caso de los votantes de Ricardo Anaya, el 89% de los hombres aceptaría los resultados, el 8% dijo manifestarse virtualmente y solo el 3% protestaría físicamente. El 79% de las mujeres que votaron por el panista, aceptarían los resultados, 10% protestaría virtualmente y el 3% lo haría físicamente.

Por último, el 65% los hombres que votaron por Meade asumieron aceptar cualquiera que fuera el resultado. El 33% protestaría virtualmente y el 2% saldría a las calles. Las mujeres en cambio, respondieron en un 95% que aceptarían resultados, 5% protestaría de forma virtual y el 0% lo haría físicamente.

 

 

Finalmente, con la victoria de Andrés Manuel López Obrador y con los datos que se muestran, se supondría que difícilmente habría protesta social cohesionada en el marco de las elecciones presidenciales que se vivieron este fin de semana. Sin embargo, se espera que la participación de estos jóvenes y en específico de los primeros votantes no se quede solamente en la coyuntura electoral.

 

 

Durante la jornada electoral del 1 de julio de 2018, SIMO Consulting realizó 3,825 entrevistas cara a cara a hombres y mujeres de 18 años y más que cuentan con credencial de elector y que emitieron su voto en algunas de las casillas seleccionadas. Para eso, se eligieron previamente 110 secciones a nivel nacional.

Este tamaño de muestra se calculó con base en un nivel de confianza de 95% y un margen de error de +/-2.1%. Las secciones se distribuyeron proporcionalmente dentro de cada estrato. La estratificación corresponde: al tipo de zona rural, urbana o mixta; al nivel de participación electoral de la sección en la última elección federal. Los encuestadores condujeron entrevistas con los ciudadanos que recién habían emitido su voto. Es importante señalar que no se les ofrece ningún tipo de incentivo a los entrevistados para que participen en el estudio.

1Numeralia: Proceso Electoral 2017-2018 http://portal.ine.mx/wp-content/uploads/2018/06/21-Numeralia22062018vp.pdf

2Estudio Censal de la Participación Ciudadana en las Elecciones Federales de 2012, http://portalanterior.ine.mx/docs/IFE-v2/DECEYEC/DECEYEC-EstudiosInvestigaciones/InvestigacionIFE/Estudio_Censal_Participacion_Ciudadana_2012.pdf

 

¿Las y los jóvenes protestarían en
caso de que su candidato no resulte electo?

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